Después de leer varios textos sobre el Decrecimiento, sobre todo de Joan Surroca i Sens, mi sensación es la que tengo hace varios años respecto al actual sistema económico: está montado para que las abejas obreras trabajemos y trabajemos para consumir y enriquecer a las abejas reinas, productoras de avaricia ilimitada. Además, las abejas obreras no puedemos dejar de trabajar ya que corremos el riesgo de convertirnos en marginadas sociales. Después de la jornada de trabajo, en nuestro tiempo libre, el sitema nos facilita drogas para que no pensemos y creamos que podemos ser felices así, comprando cosas, consumiendo productos de ocio, viendo programas basura, jugando a los video-juegos, pasando horas y horas en las redes sociales... Somos los esclavos del SXXI, esclavos de guante blanco, pero esclavos.
Hoy día veo el mundo distribuido en “bolsas” de población con capacidad de consumo, donde hay muchas abejas obreras con “poder adquisitivo” y otras grandes “bolsas” de población que vive en la miseria. Aunque siga habiendo zonas deprimidas en el planeta o países denominados pobres o ricos, hoy ya, en todos los países del mundo existen las dos bolsas. Y además ya no son estables: por ejemplo en China e India se ha formado en los últimos años una gran “bolsa” de población con capacidad de consumo que convive con grandes “bolsas” de población en la miseria, mientras que en España, por ejemplo, la población con poder adquisitivo está disminuyendo y creciendo la población que vive en la miseria.
Los productores ávidos de ventas, las grandes y medianas compañía buscan esas “bolsas” de población con capacidad de consumo, es lo que llaman “nuevos mercados”. Esa palabra me da nauseas porque me evoca su avaricia obscena por vender y enriquecerse sin límite material ni moral. Parece que hoy en día no basta con producir, vender y sostenerse como empresa. Parece que si no creces, si no te expandes, si no obtienes beneficios millonarios, tu empresa no tiene sentido. ¿Es que no hay sitio para empresas sostenibles? ¿No hay sitio para la ética? ¿No hay sitio para el cuidado de las personas y el planeta? La economía actual es neurótica ya que se sostiene sobre la creencia de que la producción y la venta son ilimitados. Pero la realidad es que los recursos y la capacidad de la naturaleza por regenerarse son limitados.
Y para mí, el gran drama de nuestra Era es que esta avaricia sin límite y esa neurosis del sistema sean las que rijan en el mundo, las que provoquen que las personas, de una “bolsa” y otra, no lleven una vida digna. Hubo un tiempo en que las personas luchaban día a día por la supervivencia, otro en el que trabajaban para vivir y otro en el que unas vivían para trabajar y para enriquecer a otras pocas. Creo que ese tiempo ha vuelto; ya no es el sistema feudal, porque los vasallos hemos logrado un alto grado de bienestar (lo cual sirve a los dirigentes para justificarse y autocomplacerse y a los vasallos para no quejarnos) pero seguimos viviendo para trabajar y para enriquecer a unos pocos. Unos siguen pisoteando la dignidad de otros. No hemos avanzado nada.
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